Así que has decidido que quieres una relación abierta. Te felicito sinceramente por ser capaz de identificar algo que te haría feliz. Eso es difícil de hacer a veces.
Pero te preocupa cómo abrir una relación sin hacer daño a la pareja. Y es que ahora viene la parte aún más difícil: averiguar cómo contarle a tu pareja este deseo tuyo y, lo que es más importante, cómo abordar el tema de forma que no cause un daño irreparable entre los dos.
Es desalentador, pero no imposible.
Índice de contenido (navegable)
- 1 ¿Cómo abrir una relación sin hacer daño a la pareja?
- 2 ¿Cuáles son las bases de una relación abierta?
- 2.1 No optes por las razones equivocadas
- 2.2 Prioriza tu pareja
- 2.3 No dejes que se acumulen los celos
- 2.4 Hablad de sexo seguro
- 2.5 Mantened una comunicación abierta
- 2.6 Acuerda cómo explicarás tu situación a los de fuera
- 2.7 Establece límites sexuales
- 2.8 Establece límites emocionales
- 2.9 No olvides el consentimiento
¿Cómo abrir una relación sin hacer daño a la pareja?
He aquí cómo abordar una conversación muy delicada de forma que se minimicen los sentimientos heridos, queden claras tus intenciones y ambos os sintáis escuchados.
Haz examen de conciencia
El primer paso no implica en absoluto a tu pareja: antes de empezar siquiera a pensar en cómo sacar el tema, piensa por qué quieres sacarlo. Y más concretamente, piensa si estás buscando una relación abierta como un parche para otra cosa.
Debes asegurarte de que no estás intentando resolver ningún problema de la relación con esto como solución.
A veces veo que puede haber factores subyacentes, como el resentimiento, y esto puede ser una forma de evitar enfrentarse realmente a esos problemas.
Abrir la relación como medio de escapar de los problemas que tenéis los dos, como probablemente puedas adivinar, sólo creará otros nuevos.
Una vez que hayas establecido que no es eso lo que ocurre aquí, considera qué esperas conseguir abriendo las cosas. ¿Se trata de necesidades insatisfechas? ¿Se trata de explorar tu identidad sexual?.
Quizá quieras probar algo nuevo que tu pareja no quiera, sexualmente o de otro modo. Tal vez estés empezando a sentir que la monogamia simplemente no encaja contigo. Sea cual sea el motivo, prepárate para articularlo claramente antes de sentarte con tu pareja.
Tened una conversación sobre lo que significa para vosotros el compromiso
Hay ciertas cosas que puedes y debes hacer a la hora de elegir cuándo sacar el tema: asegúrate de que estáis solos, de que los dos estáis relativamente relajados y de que tenéis tiempo de sobra para hablar antes de que alguien tenga que estar en algún sitio, pero ninguna maniobra situacional borrará por completo el hecho de que probablemente os sentiréis incómodos.
En un momento dado, tienes que tirarte a la piscina.
Y la mejor forma de hacerlo, es presentar tu deseo de una relación abierta como algo que no entra en conflicto con tu compromiso con la relación que tienes actualmente (y dejar claro que no estás intentando absolver retroactivamente ningún caso de engaño).
Tienes que ser directo, pero también tranquilizador. Tienes que reiterar: ‘No he actuado en consecuencia, es sólo algo en lo que estoy pensando y me pregunto si podemos hablar de ello’.
Quizá, para ti, haya otras formas más importantes de demostrar tu devoción que la fidelidad. Explica, tan claramente como puedas, cuáles son esas otras formas.
Piensa en los detalles
Proponer una relación abierta carece de sentido si no puedes especificar lo que implica. ¿Están bien ciertas actividades sexuales y otras no? ¿Puedes llevar a otra persona a una cita? ¿Puedes llevarla a casa? ¿Cuál es el protocolo para las pruebas de ETS? ¿Cuántas veces a la semana puedes salir con otra persona?
El principio rector a la hora de considerar qué parámetros establecer es que todo tiene que apoyar la relación principal, no destruirla.
Expresa la idea de que nuestra relación primaria es nuestro primer bebé y siempre hay que cuidarlo, y que cada persona de la relación tiene el poder de vetar cualquier cosa -o a cualquier persona- que le haga sentirse incómodo, no deseado o inseguro.
Evita utilizar un lenguaje restrictivo
Todos somos adultos y lo último que quiere cualquiera que esté en una relación es sentirse como si estuviera bajo una tutela paterna en la que tuviera que seguir unas directrices estrictas.
Si tu interlocutor parece maleable a la idea de abrir la relación, no estropees la conversación imponiendo la ley y dando ultimátums.
Está bien establecer límites que os reconforten a ambos.
Pero si creas «normas» demasiado restrictivas, romperlas hará que uno de los dos, o los dos, estéis en posición de ser el castigador, y eso no lleva a nada bueno.
Para quienes desean un acuerdo más abierto y transparente, es importante tener directrices.
A veces, utilizar la palabra «normas» puede ser realmente desencadenante.
Puede dar la sensación de que estás creando una relación parentalizada, en la que las normas están para romperlas.
Pero las directrices pueden incluir cualquier cosa en el continuo de la monogamia, que es fluido.
Va desde totalmente cerrada -lo que significa que no hay interacción ni conexión con nadie fuera de tu relación- hasta tener relaciones físicas o sexuales con otras personas aparte de tu pareja principal.
Prepárate para sentirte incómodo
Una vez más, pedirle a tu pareja una relación abierta puede asustar porque no quieres que se sienta inadecuada. Sin embargo, reprimir o endulzar tus necesidades puede crear tensiones, que a la larga pueden explotarte en la cara.
Por muy incómodas que se pongan las cosas, si esto es importante para ti, lo mejor es tener la conversación sin rodeos.
¿Una solución sencilla? Pon una hora para tener esta discusión en el calendario de ambos.
De este modo, te obligas a morder el polvo, pero también dejas un espacio para dar oxígeno a tus deseos y, lo que es aún más importante, para que tu pareja digiera lo que estás diciendo.
Dicho esto, la conversación es exactamente eso, una conversación, no un decreto ni un ultimátum. Que sea ligera y familiar.
Respeta su respuesta
Si a tu pareja le gusta la idea desde el principio, ¡enhorabuena! Ahora id los dos a lo vuestro.
Pero si no, esto puede ir de dos maneras: O es un no rotundo, en cuyo caso, bueno, es un no rotundo, y te toca a ti decidir si seguir en una relación monógama es la mejor decisión.
(Merece la pena señalar aquí, que averiguar qué es lo mejor para ti es muy distinto de amenazar con dejar a tu pareja si no consiente: «No puedes plantearlo como un ultimátum»).
O puede que sea un quizá, y ésta sea la primera parte de una conversación en curso sobre cómo debéis proceder los dos. Hablad el uno con el otro, abierta y honestamente, sobre lo que sentís, lo que queréis y lo que necesitáis, y abróchate el cinturón para que las cosas se pongan difíciles.
Lo que ha tenido mucho éxito en las parejas que he visto es ser capaces de saber que no es un proceso fluido. Habrá baches en el camino y surgirán emociones que no puedes predecir.
Una forma de facilitar un poco las cosas, es mantener estas conversaciones con la ayuda de un terapeuta de pareja.
Contar con un tercero que ayude a organizar esa conversación, crea un espacio para que ambas personas compartan sus puntos de vista y vean si es o no la decisión correcta.
Es muy importante reconocer que la relación es una unidad al margen de las necesidades de cada individuo, así que es muy importante verlo desde esa perspectiva, lo que es mejor para la relación, así como dar espacio para ver lo que es mejor para cada individuo.
Con o sin ayuda profesional, la clave es seguir manteniendo esas conversaciones hasta que podáis llegar a algún tipo de resolución. Tal vez tu pareja y tú acabéis cabalgando juntos hacia la puesta de sol con un montón de gente más, o tal vez decidáis que podéis ser felices manteniendo las cosas sólo para vosotros dos.
Tal vez descubráis que sois fundamentalmente incompatibles. Sea como sea, lo importante es que hayáis dejado espacio para que los dos podáis abordar la cuestión como un equipo: es como cualquier decisión que haya que tomar en una relación. Requiere llegar a un acuerdo.
Pedir una relación abierta puede ser complicado. Aunque tu relación monógama ya no te funcione de verdad, plantear la idea puede ponerte nervioso.
Quieres abordar el tema de forma que tranquilice a tu pareja, pero también quieres dejar claro que te gustaría relacionarte con otras personas. Pero ¿cuándo es exactamente el momento adecuado para presentar la idea y qué palabras utilizar para que tu pareja no se sienta insegura?
La clave para empezar una relación abierta es iniciar una conversación abierta. Eso significa que el primer paso para una relación abierta es la transparencia, para que permitas a tu pareja tomar una decisión informada.
¿Cuáles son las bases de una relación abierta?
Las parejas abiertas han demostrado que una relación abierta puede funcionar, pero no se han lanzado a ellas sin más y sin reglas.
En lugar de eso, se comunicaron entre ellos y tomaron ciertas medidas para asegurarse de que protegían su relación, como por ejemplo con las siguientes acciones.
Los mejores parejas abiertos son los que tienen normas establecidas. Las normas las establece la pareja. Varían porque cada pareja es única y valora cosas distintas. Sin embargo, hay algunas reglas comunes por las que juran muchas personas en parejas abiertos.
No optes por las razones equivocadas
Abrir tu pareja puede ser una forma de elevar tu pareja de bueno a genial. Sin embargo, no veas esta opción como la forma de salvar una relación en dificultades.
Si la comunicación es escasa, la confianza y los celos son un problema, o hay antecedentes de infidelidad, una pareja abierta no es la solución. Podría serlo más adelante, pero primero tendréis que solucionar los problemas fundamentales.
Prioriza tu pareja
Aunque tengas relaciones con otras personas, no te olvides de reservar tiempo de calidad con tu pareja. Quizá quieras plantearte un poliamor jerárquico en el que tu cónyuge sea el número uno.
No dejes que se acumulen los celos
Es normal sentir celos en una pareja abierta. Siempre que se traten adecuadamente, pueden seguir siendo saludables. Reconoce cuándo sientes celos, reconócelos y habla de ello con tu pareja. Los sentimientos de celos pueden significar que debes crear nuevos límites con tu pareja.
Hablad de sexo seguro
Asegúrate de elaborar un plan para practicar sexo seguro. ¿Cómo os protegeréis exactamente? ¿Necesitarás preservativos? ¿Os someteréis regularmente a pruebas de detección de ETS?
Mantened una comunicación abierta
Mantener una comunicación constante y honesta con tu pareja es clave para que funcione un acuerdo abierto. Seguramente tendrás diversas emociones complejas. A medida que surjan, habla de ellas con tu pareja.
Decidid con qué nivel de detalle os sentís cómodos los dos al hablar de parejas externas. Mantened un diálogo abierto sobre lo que debe compartirse y lo que debe ahorrarse.
Acuerda cómo explicarás tu situación a los de fuera
El poliamor y los parejas abiertos se malinterpretan mucho. Y, por desgracia, la mayoría de las veces es una visión negativa. No quieres que la gente se haga una idea equivocada, así que ¿cuánto debes compartir con amigos y familiares? Si tienes hijos, tendrás que tener cuidado con cómo abordas el tema con ellos.
Establece límites sexuales
Muchas personas inician relaciones abiertas para explorar su sexualidad. Aunque éste es el principal atractivo para la mayoría, todo el mundo tiene límites.
Establece la línea para asegurarte de que te sientes cómodo con lo que hace tu pareja. ¿Está permitida la penetración? ¿Y el sexo oral? Sé específico y no des nada por supuesto.
Establece límites emocionales
A veces es difícil separar el sexo de la intimidad. Tener límites emocionales es tan importante como los sexuales y puede evitarte el daño causado al sobrepasarlos. Determina tu nivel de comodidad con cosas como acostarte con la misma persona y tener citas.
¿Puedes pasar tiempo con ellos socialmente? Asegúrate de establecer normas sobre con quién puedes estar y con quién no. ¿Puede ser alguien que ambos conozcáis?
No olvides el consentimiento
Las parejas abiertas son un tipo de no monogamia consentida. El consentimiento es lo que diferencia a los parejas abiertas del engaño.
Si no estás seguro de si tu pareja se siente cómoda con algo, peca de precavido.
Recuerda que tu pareja es lo que tú quieras que sea. Claro que hay directrices, pero las relaciones no son de talla única. Cuando se trata de una pareja abierta, la regla número uno es que tú y tu cónyuge estéis de acuerdo. Si ambos estáis cómodos y felices, lo habéis hecho bien.