Cómo ligar con un camarero

Trabajo de camarero. Atender un bar es el trabajo soñado de un escritor. Estoy rodeado de gente todo el tiempo. Me fijo en los hábitos y gestos de mis clientes habituales.

He aprendido todo tipo de cosas y he tenido un sinfín de conversaciones estimulantes con los clientes. Pasé casi dos horas hablando de The Walking Dead con uno de mis clientes.

Pude practicar francés con otros dos. Sobre todo, es bueno para estar rodeado de gente, lo que recarga mis baterías creativas.

Otra ventaja del trabajo: ligar con nuevas amigas. Muchos chicos quieren ligar con la camarera, ¿y por qué no? Como dice mi sensei camarero: «Todo el mundo quiere ser el camarero o acostarse con el camarero».

Además, es una diversión inofensiva y sexy. El flirteo intencionado con el camarero -en el que realmente esperas llegar a algo- exige adherirse a un par de principios fundamentales.

Hoy quiero ayudaros. Os voy a enseñar cómo ligar con un camarero. No es un método infalible, pero es una base sólida sobre la que puedes construir.

Antes, un par de cosas:

Recuerda, el camarero está trabajando.

La mayoría de la gente que intenta ligar con el camarero tienen esto claro. Entienden que parte de mi trabajo consiste en corresponder, al menos un poco, cuando flirtean conmigo, aunque no tengo por qué tolerarlas si están siendo groseras, vulgares o simplemente maleducadas.

Entienden que tengo que controlar a todo el mundo en el bar, por lo que no puedo pasar el rato flirteando exclusivamente con ellas.

Entonces, ¿qué es lo difícil? El final. Digamos que tú y yo hemos estado flirteando a propósito, y parece que las cosas van bien. No quieres quedarte toda la noche, por razones en las que entraré más adelante. Quieres salir ya Yo, sin embargo, estoy en el trabajo.

Tengo que quedarme aquí toda la noche. Necesitarás una estrategia de salida que transmita tu punto de vista, pero que reconozca el hecho de que estoy trabajando. Esto es lo que debes hacer:

Deja propina

Causa una buena última impresión haciendo dos cosas. Primero, déjame una buena propina. No digo que tenga que ser una exageración. Un poco más de lo que suelas dejar. Déjame lo suficiente para que te recuerde favorablemente sin pensar que me está haciendo la pelota.

Probablemente a muchos de vosotros os parezca un consejo obvio, y me alegro. Al final, te he hecho pasar un buen rato, ¿no?

Aprovecha la cuenta

En segundo lugar, aprovecha la oportunidad de oro que te doy cuando vayas a pagar. Te daré al menos dos hojas de papel y un bolígrafo. Puede que sólo te de el ticket. Piensa que ésta es la única conversación privada que tendremos tú y yo, y déjame una nota.

Deja un número. Deja tu tarjeta. Menos es más: una sola frase lo dice todo. «Me lo he pasado muy bien». «Nos vemos el próximo miércoles». Un pequeño detalle para crear un recuerdo feliz es todo lo que necesitas.

Recuerda que el camarero está sobrio

El mayor error que veo cometer a las mujeres cuando ligan con el camarero es que, por alguna razón, piensan que tienen que seguir pidiendo hasta la hora de cierre para llegar a algo.

Eso no sólo es falso, sino que perjudica tus posibilidades. Sé que parece obvio, pero si sigues bebiendo así, te emborracharás. Una vez que te emborrachas, dejas de interesar.

Así que si sacas una conclusión de este blog, es ésta: Saber cuándo dejar de beber. O, al menos, cuándo ir más despacio.

No tienes por qué quedarte hasta la hora de cierre -yo tengo que hacerlo, recuerda, porque estoy trabajando-, así que puedes dejarlo mientras estés en cabeza y seguir los consejos de la primera sección. Dame una propina decente, déjame una notita y vete a casa como una ganadora.

No vas a impresionarme bebiendo más o quedándote en mi bar hasta que enciendan las luces. De hecho, probablemente querrás irte antes de que las luces hagan lo peor para nuestras respectivas apariencias.

Ten en cuenta que, una vez que cruzas la frontera de persona guapa y coqueta a persona borracha y coqueta, a mí, como camarero, me ocurren un par de cosas. En primer lugar, tengo que cuidarte un poco.

Tengo que vigilar a las personas auténticamente borrachas, para asegurarme de que no se hagan daño a sí mismas o a otras personas, causen daños, enfermen o, lo que es peor, intenten conducir.

Cosas que debes evitar

Nunca le pidas a tu camarero una copa o un chupito gratis. Nos da igual que sea tu cumpleaños, que tú y tus chicas celebréis una despedida de soltera o que sea vuestra primera noche fuera desde vuestro divorcio.

Acabas de echar por tierra cualquier posibilidad de que te invitemos a una copa por cuenta de la casa simplemente porque nos lo has pedido.

Tienes que entender que pedirnos una copa gratis es insultante. Nosotros no vamos a tu negocio y te pedimos un servicio gratis o que nos des productos gratis sólo porque es nuestro cumpleaños, así que ¿qué te hace pensar que puedes hacérnoslo a nosotros?

Todo el mundo pide bebidas gratis a los camareros, especialmente las mujeres. Sé la anomalía y no esperes que tu camarero te entregue nada gratis.

Disfruta de la compañía de tus amigas, entabla con nosotras una conversación significativa y danos propina por cada bebida, y puedo garantizarte esto tú y tus amigas os tomaréis una ronda de chupitos con nosotros.

¿Cómo ligar con un camarero?

Una vez visto los básicos, pasemos a algo más concreto.

Ligar con camareros es a la vez tentador y complicado. ¿Cómo puedes hacerte notar en un mar de juerguistas igual de ebrios, todos los cuales compiten por la atención de una persona?. Repasa estos consejos antes de esta noche.

Pide con eficiencia

Gran parte de ligar con el camarero consiste simplemente en no ser irritante para él. Si estás en la barra durante una noche ajetreada, puedes ganar muchos puntos si sabes cuál es tu bebida enseguida, pides rápido, pagas y dejas sitio para el siguiente cliente.

Parece contraintuitivo no prolongar la interacción, pero si eres un cliente fácil, se acordará de ti la próxima vez.

Toma una bebida exclusiva

Los camareros son bastante quisquillosos con el alcohol, y no suelen gustarles los clientes que piden bebidas complicadas o ridículas. Pero la bebida adecuada puede darte muchos puntos.

Recuerdo una vez, en Barcelona, que una chica muy guapa se acercó a la barra y pidió un bourbon, el Knob Creek Neat. Me quedé estupefacto. La chica no sólo sabía lo que quería, sino también cómo pedirlo y sabía que teníamos la marca. Pagó en efectivo y se lo bebió.

Las preguntas cortas son mejores que las largas

Probablemente dispongas de intervalos de dos minutos para mantener un breve intercambio con el camarero antes de que le llame otro cliente, así que no es el momento de hablar largo y tendido.

Capta su atención haciéndole preguntas divertidas y breves que puedan responderse rápidamente. Las preguntas sobre la música, sobre la cultura pop y sobre lugares comunes (un barrio o una ciudad) son apuestas seguras.

Evita los clichés de camarero

No digas: ‘Vengo aquí siempre y nunca te he visto’. Te prometo que trabajo aquí a menudo. No es mentira. O quizá me escondo de ti. O quizá no vienes aquí a menudo. En realidad no estás aquí tanto como crees.

Es tu sábado por la noche, pero su martes por la tarde

Puede que estés en modo fin de semana y dispuesta a ligar, pero tu camarero está trabajando. Así que aunque quiera dejarlo todo y ligar contigo, no puede.

Tenlo en cuenta. No digas cosas sobre cómo voy vestido, o sobre lo serio que parezco cuando estoy ocupado.

Aunque tú te estés divirtiendo, yo estoy trabajando. Este es mi trabajo. Cuanto más me molestes, menos coquetearé contigo. Tampoco es normal que lances pajitas o servilletas para llamar la atención.

¡Acuérdate de dar propina!

Se que me repito, pero es fundamental. Puede parecer raro dar dinero a alguien con quien intentas ligar, pero los camareros pueden saber mucho de una persona por la propina que deja.

Una persona que da buenas propinas (que suelen ser de al menos 2€ por bebida) está obviamente acostumbrada a salir y respeta el trabajo del camarero. Demuestra que eres capaz de pagarte lo tuyo, de ir a los bares por tu cuenta y que puedes cuidar de ti misma.

Demuestra que te lo estás pasando bien

No ocupes un taburete si no estás bebiendo

Has estado flirteando y hablando un rato, pero el bar sigue tan concurrido como siempre y es hora de que pases al agua. Lo mejor que puedes hacer en este momento es ceder tu asiento en la barra a alguien que siga comprando bebidas (y, por tanto, haciendo ganar dinero a tu camarero).

Deja tu número

Deja tu número en el resguardo de la tarjeta de crédito. Y tu nombre. Tal vez escribas algo bonito, como ‘gracias por emborracharme’.

Quizá incluso una cara sonriente, si te apetece. Pero, si dejas tu número, tranquilízate. No digas nada sobre ello. Es vergonzoso. Para mí y para ti. Deja tu número y ya está.

El movimiento extra que adoran los camareros

Hay un truco que hará que cualquier camarero se acuerde de ti. Cuando vuelvas a pasar por aquí en una noche ajetreada, llévale un Redbull. Verás, necesita energía durante muchas horas y tú quieres ayudarle. Boom. Amor verdadero.